“Lo más normal es que lloren y que tengan miedo, pues les estamos dejando con una persona extraña y en un sitio desconocido. Lo raro sería que no lo tuvieran,” explica una docente.
Por: Redacción Intertextual/ ,contacto@intertextualcr.com
Ir a clases para las y los menores de edad entre 04 a 05 años suele ser traumático, debido al apego que tienen principalmente a su madre o personas que los han cuidado en sus primeros años de vida, y es normal verlos llorar por varios días cuando se les deja en los colegios.
Sin embargo, las reacciones de personas adultas ante esta situación emocional es intolerante y piensan que estos menores reaccionan así por malcriadez.
En la página de Facebook “Arrimate Jinotepe” con 90 mil seguidores, publicaron unas fotos de niños y niñas llorando en su primer día de clases e inmediatamente las reacciones comenzaron surgir y siguen sumándose entre burlas, risas y poca empatía.
En Intertextual no queremos dejar desapercibido esta publicación que ha causado enojos entre algunas personas aduciendo que al publicar las fotos se comete un irrespeto a los derechos de la niñez.
Vanessa Cortez Bonilla periodista y defensora de derechos Humanos reaccionó a la publicación preguntando ¿Cuál es el objetivo de mostrar a las niñas y niños en un momento tan difícil?
La periodista consideró que esta publicación invitaba a reírse de las y los menores y sostuvo “están en un momento difícil en que obviamente están en crisis emocional.”
Varias personas opinaron igual de Bonilla mientras que otras personas se reían y etiquetaban a sus amistades.
La escuela y el primer día en clases es una nueva etapa para padres y madres primerizos, pero principalmente para los niños y niñas que se enfrentan a ese momento.
Es común que las y los menores de edad lloren y no quieran quedarse en clases. Se aferran a la pierna de la madre como implorando ayuda, tienen miedo a lo desconocido.
Utilizar las palabras correctas es fundamental para dar serenidad ante esta nueva experiencia y la comprensión de las o los docentes es importante porque son quienes se tienen que ganar la confianza de las y los menores.
El llanto puede durar por varios días advierte la maestra Pilu Hernández del Centro de Formación “El Pupitre de Pilu” en Valencia, España.
El miedo es el principal elemento del llanto explica la docente. “Lo más normal es que lloren y que tengan miedo, pues les estamos dejando con una persona extraña y en un sitio desconocido. Lo raro sería que no lo tuvieran y que se fueran tranquilamente con alguien que no conocen nada.”
El proceso y el tiempo del miedo es diferente para las y los niños. “Los más apegados a sus madres y padres tardan en adaptarse y los más sociables tendrán menos problemas de adaptación” añade Hernández.
¿Cómo enfrentan niñas y niños los cambios de casa a clases?
La docente dice que “en los primeros días de clases el niño o niña piensa que lo están abandonando, pero una vez que ve el sitio lleno de juguetes , se le pasa y se olvida. Y que al llegar su mamá o papá vuelven a recordar que lo han dejado y se muestra enfadado”.
Ese comportamiento provoca que en muchas ocasiones madres y padres de familia retarden esa etapa inevitable de adaptación.
La maestra Pilu recomienda no quedarse en los salones de clase esperando reacciones positivas o negativas de la o el menor, salvo que sean menores con necesidades especiales. “Es contraproducente porque si los padres o madres están nerviosos, les transmiten ansiedad al niño o niña”, asegura.
El Psicólogo Álvaro Bilbao recomienda que algo positivo en ese proceso de adaptación es establecer rutinas que cumplir y que se les deje llevar un objeto de apego.
Algunas recomendaciones que ofrece el especialista son:
-
- Nunca enojarse con el o la menor porque llora.
-
- Felicitarlo por sus progresos.
-
- No asomarse por la ventana cuando se deja.
-
- Y nunca marcharse sin darles un beso.