El gobierno de Violeta Barrios representa una “transición errónea” en el sentido de que las transiciones deben de perdurar, expresa Edgar Blanco, joven exiliado originario de Masatepe-Masaya.
Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Luego del traslado de la ex presidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro, hacia Costa Rica, se han despertado dentro de la comunidad nicaragüenses especulaciones sobre las razones de su exilio a sus 94 años; sin embargo, también se ha intensificado el interés sobre su trabajo como representante del gobierno de transición en el país.
Violeta Barrios de Chamorro fue la primera presidenta en representar un gobierno de transición en la región y durante su mandato se lograron reivindicar derechos de los cuales los nicaragüenses se habían visto privados en años anteriores, razón por la cual muchas personas opinan que fue la época en donde se vivió una “verdadera democracia en el país”.
El periodista José Cardoza, originario de Managua, recuerda el sufrimiento que dejó la Revolución Sandinista en su familia, quienes se encargaron de contarle a lo que se tuvieron que enfrentar a pesar de que no se encontraban inmersos en la política, como el desabastecimiento del combustible y las dificultades para acceder a él, de igual manera el acceso al trabajo representaba un reto para ellos y la “imposición de la primera dictadura sandinista” en organizar los barrios de la capital.
Teniendo en cuenta las dificultades de su familia, para Cardoza, la abolición del servicio militar obligatorio como mandato y mensaje de campaña del partido Unión Nacional Opositora (UNO) que se representaba con la imagen de doña Violeta Barrios de Chamorro, tuvo una gran relevancia, de la misma manera que el libre mercado, el fin de la racionalización y la regulación estricta de las atenciones médicas.
Para José, en el gobierno de Barrios “se respetaban los derechos de las y los nicaragüenses», sin embargo, reconoce que existen voces que expresan “que la paz se logró a costa de la impunidad.”
Jean Keoma Merlo Sevilla es un joven originario de la capital, desde las vivencias de su familia y lo que ha estudiado sobre la historia de Nicaragua, durante el gobierno de doña Violeta Barrios “se lograron alcanzar varias libertades importantes, siendo uno de los más destacados, la promoción de la libertad de expresión y de prensa, lo que permitió una mayor pluralidad de voces y una mayor apertura en el debate público”.
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Merlo también destaca la promoción de la libertad de asociación y el fortalecimiento de las organizaciones de sociedad civil, agregando que también se realizaron esfuerzos para promover la reconciliación nacional y garantizar la participación ciudadana en la toma de decisiones, sin embargo, comenta que es importante tener en cuenta que “ningún gobierno es perfecto y siempre existen desafíos” en referencia a los derechos humanos y sus cumplimientos.
“La figura de la ex presidenta Violeta Barrios representa un hito importante en la historia de Nicaragua. Su liderazgo y valentía han dejado una huella significativa en la política nicaragüense y su figura continúa siendo un símbolo de inspiración para muchas personas”, agregó Sevilla.
La corrupción y falta de derechos dentro del gobierno de Violeta Barrios de Chamorro
Si bien, gran parte de los nicaragüenses reconocen y defienden el liderazgo de la ex presidenta, su imagen se ha visto manchada por señalamientos de corrupción por parte de funcionarios dentro de su mandato y de sus gobiernos sucesores como el de Arnoldo Almenan.
Para Karla Rodríguez, originaria de Jinotega, las vivencias familiares y sus conocimientos de historia la ayudaron a convertir una imagen de la ex presidenta y de su gobierno como una administración que se caracterizaba por ser conservadora, lo que llevó a que a nivel de derechos se excluyeran algunos, como la despenalización de la homosexualidad y el aborto.
Rodríguez reconoce a pesar de los esfuerzos de Violeta, se dieron señalamientos de corrupción fuertes a personas cercanas a ella, como es el caso de su yerno Antonio Lacayo, quien, a quien hasta la actualidad se le reprocha la liquidación del ferrocarril, un parque industrial y la privatización de empresas como el Laboratorio Solka y la Cartonera de León.
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Por su parte, Edgar Blanco, originario de Masatepe, Masaya, reconoce que en caso de los derechos humanos se respetaron los que estaban adecuados al tiempo de la transición, sin embargo, también destaca que en el caso de las fuerzas armadas no estaban siendo administradas en su totalidad por el gabinete de Chamorro, si no por actores del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Para Blanco, el gobierno de Barrios representa una “transición errónea” en el sentido de que las transiciones deben de perdurar, sin embargo, esto permite a los nicaragüenses reconocer el cómo pueden llegar a fallar los procesos transicionales cuando existen falencias de carácter estructural, que al día de hoy no se han logrado quitar.