Las nuevas remociones alcanzaron a mandos policiales de Granada y Masaya porque presuntamente fueron suaves con la Iglesia Católica durante algunas actividades de Semana Santa. Hay preocupación en las filas del aparato represor del régimen.
Por: Intertextual/ Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
Este fin de semana se conoció la destitución en silencio del comisionado general Pedro Rodríguez Argueta, quien fungía como jefe policial de Masaya y quien tan sólo duró 26 días en el cargo.
nnA finales de esta misma semana, también se conoció que el comisionado mayor, Oswaldo Pérez Woo, jefe de la delegación policial de Granada también fue removido sin mucho ruido. Supuestamente, pagó un precio muy caro por permitir algunas procesiones durante la Semana Santa en ese departamento.
«El torturador de Carazo»nnSobre el comisionado general, Pedro Rodríguez Argueta, los pobladores lo recuerdan como «el torturador de Carazo», por su participación en la «operación limpieza» el ocho de julio de 2018. Los operativos dejaron como resultado a 20 personas fallecidas, cuando la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenaron desmontar los tranques a sangre y fuego.
En enero de 2018, el comisionado Pedro Rodríguez Argueta tomó posesión como nuevo jefe de la delegación de Carazo, en donde intentó mantener cercanía con la población, con quienes pretendía mantener una relación cercana para acabar con la delincuencia, según dijo y además prometió «cuidar a todos», aunque esto cambió en abril de ese mismo año, cuando estallaron las protestas antigubernamentales por las reformas al Seguro Social.
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El 21 de abril de 2018, Rodríguez Argueta, se reunió con un grupo de opositores y prometió no reprimir las marchas ciudadanas. Media hora después de finalizada la reunión, el jefe policial ordenó reprimir las protestas que originaron los primeros heridos.nnDe pocos estudios
Pedro Nelson Rodríguez Argueta, es originario del departamento de Rivas y nació en el año 1963. A la edad de 16 años, con tan solo el cuarto grado aprobado se integró a la Policía, después de participar en la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Tras el derrocamiento de Anastasio Somoza Debayle, Rodríguez Argueta, quien ahora cayó en desgracia, había decidido marcharse a ayudar a su madre en la siembra, pero se quedó en la Policía. Desde 1979 trabajó en varias delegaciones. Estuvo en San Juan del Sur, en San Miguelito, Diriomo, Nandaime, luego en Granada y en El Viejo.
Obligado a reprimir
Cuando Rodríguez Argueta llegó a Carazo en el 2018, se mostraba accesible con los medios de comunicación, explicó el periodista Gerall Chávez, en una entrevista a Confidencial en septiembre de 2020. “Daba entrevistas y era bastante cordial”, afirma. Contó que varios expolicías le confiaron que “el hombre se negaba a reprimir”, aunque finalmente “obedeció las órdenes” de Ortega y Murillo.
Luego de la sangrienta represión, Rodríguez Argueta ascendió a 58 policías, como un premio por reprimir a la ciudadanía. El comisionado general, de quien hasta ahora no ha sido oficializado su retiro o remoción, tiene una hija «vandálica» (opositora) que vive en el exilio.
Oswaldo Pérez Woo
Sobre el comisionado mayor Oswaldo Pérez Woo, poco se conoce, pero fuentes cercanas al mando policial, dicen que también salió por la puerta trasera de la sancionada institución. Fue removido del cargo en abril pasado por negarse a reprimir a la Iglesia Católica y hasta les permitió procesiones.
Oswaldo Pérez Woo, fungía como jefe policial de Granada desde el 17 de febrero de 2022. Antes ocupaba el cargo de jefe de la delegación policial de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte, en donde poco hizo por garantizar la seguridad ciudadana.
Las sacudidas que vienen dándose desde finales del año pasado en las filas de la Policía, les ha robado la paz a los altos mandos de la institución que se creían intocables. Algunas fuentes policiales han revelado a distintos medios de comunicación que tras los despidos se encuentra la mano de Lenin Cerna y del comisionado general en retiro Horacio Rocha, quien ahora funge como asesor de seguridad del dictador Daniel Ortega. Tal parece que no confían ni en sus represores comprobados.