El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo reaccionó de manera furiosa al rechazo del excanciller Denis Moncada Colindres como candidato a secretario general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Moncada había sido propuesto el pasado 11 de noviembre dentro de una terna que incluía a la diputada sandinista Arling Patricia Alonso Gómez y a Johanna Vanessa Flores Jiménez, ministra del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez (Mifan).
Sin embargo, los cancilleres de Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana rechazaron a todos los candidatos. Esto llevó a la cancelación de la reunión virtual programada para el 29 de noviembre, donde se elegiría al nuevo secretario general del SICA.
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ToggleLos motivos del rechazo
Un día antes de la reunión, los cancilleres de los cuatro países enviaron una nota conjunta al canciller de Nicaragua, Valdrack Jaentschke. En la misiva, expresaron que la terna presentada por el régimen Ortega-Murillo no cumplía con los requisitos necesarios para el cargo. Además, solicitaron una nueva propuesta y anunciaron la reprogramación del encuentro.
“La reunión fue aplazada al considerar que ninguna de las personas propuestas reúne los requisitos para desempeñar el cargo”, señala la carta.
La respuesta del régimen
El régimen Ortega-Murillo reaccionó de inmediato a través de una carta firmada por Jaentschke. En ella, acusó a los cuatro países de cometer «desacato» y de caer en una actitud «vergonzosa». Además, advirtió que Nicaragua tomará medidas en respuesta a esta decisión.
La carta también calificó la postura de los países como «negacionista, excluyente y discriminatoria», argumentando que atenta contra la facultad de Nicaragua para designar a sus propios candidatos.
Opiniones desde la sociedad civil
La activista y defensora de derechos humanos, , calificó la reacción del régimen como una muestra de su falta de respeto hacia la diplomacia y los marcos jurídicos internacionales. Según Castillo, “esto confirma que no se está tratando con un gobierno democrático, sino con un régimen que no respeta la institucionalidad”.
Castillo destacó que el rechazo a Moncada es una señal positiva y evidencia el apoyo gradual de la comunidad internacional a la resistencia del pueblo nicaragüense. Sin embargo, advirtió sobre los riesgos de que un representante del régimen ocupe un cargo clave en el SICA.
“El SICA es un ente que pertenece a todos los países y pueblos de Centroamérica. Permitir que un representante del régimen Ortega-Murillo lo lidere pondría en peligro la seguridad de toda la región”, afirmó.
Además, subrayó que Ortega busca trasladar sus estrategias represivas y marcos jurídicos autoritarios al ámbito regional, lo que representaría un grave riesgo para los derechos humanos y la democracia en Centroamérica.
Implicaciones regionales
El intento del régimen Ortega-Murillo de influir en el liderazgo del SICA refleja sus ambiciones de extender su modelo de gobierno autoritario más allá de las fronteras nicaragüenses. Este incidente pone en evidencia las tensiones dentro del bloque centroamericano y la resistencia de varios países a permitir que Nicaragua ejerza control sobre una institución tan estratégica.