Este pasado 20 de junio en Barcelona España. El Pleno de Decanos y Decanas del Consell de l’Advocacia Catalana concedió el “XI Premi Valors” a nueve abogados y defensores de derechos humanos nicaragüenses.
El reconocimiento dicta ser otorgado por “la defensa de los derechos humanos, por la lucha por la justicia en su país.”
La abogacía de Cataluña, rinde honor al incansable trabajo de las y los nicaragüenses destacando “ por su apoyo continuado a la abogacía, la judicatura y los defensores y las defensoras de los derechos humanos de Nicaragua.”
Las y los nueve abogados nicaragüenses que recibieron el “XI Premi Valor”, son: Ana Margarita Vijil, alvaro Leiva, Gonzalo Carrión, María Oviedo, Monica López Baltodano, Roger Reyes, Uriel Pineda, Vilma Nuñez de Escorcia y Yonarqui Martínez.
Un reconocimiento de contexto
Uriel de Jesus Pineda Quinteros, abogado master y consultor independiente de derechos humanos, quien es una de las víctimas de la dictadura siendo uno de las primeras 94 personas desnacionalizadas en el 2023, manifestó a Intertextual que más allá de un reconocimiento individual a cualquiera de estos y estas abogadas, “es un reconocimiento de contexto.”
Además de mencionar que la situación en Nicaragua cada vez es más grave para ese gremio y la población. “En Nicaragua se ha anulado o ha quedado en indefensión la población ante los atropellos que comete el régimen; porque quién te defendería o representaría para tratar de hacer prevalecer la legalidad, está bajo amenazas en la medida en que la situación tenga ribetes políticos y eso me parece a mi trágico” cuestiona el abogado.
Un elemento importante y valioso de estos premios a la lucha contra la represión destaca Pineda “es que hacen mantener vigente la crisis que prevalece en Nicaragua.”
El nicaragüense radicado en México desde hace aproximadamente 10 años, espera que este reconocimiento a 9 defensores nicaragüenses sirva de alguna manera para contribuir a crear conciencia de lo que sucede en Nicaragua a nivel internacional.
“Pero no tanto a niveles de gobierno, sino en la gente común que sepa y que se indigne por lo que ocurre en Nicaragua y se traduzca a demanda de acciones a los diferentes gobiernos y a la comunidad internacional en general” concluye.