Salió de su comunidad sin hablar español, ni conocer la vida del pacífico, aprendió a sobrevivir con la mente fija en su meta y hoy es el primer médico mayagna del Caribe Norte. Cree que como él, muchos pueden lograrlo.
Por: Intertextual_Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
Si alguien sabe de “caminar cuesta arriba” y vencer las dificultades es Ricky Leopoldo Pineda Talavera. El jovén médico mayagna de la Costa Caribe Norte, quien llamó a los jóvenes comunitarios a no darse por vencido y confiar siempre en uno mismo.
Pineda Talavera es indígena, originario del territorio Mayagna Sauni bu, en la comunidad Amak, que emprendió el gran reto de convertirse en el primer médico mayagna del país. Con tan solo 11 años, Pineda Talavera dejó su comunidad para estudiar la secundaria en San José de Bocay, Jinotega.
Ello se oye fácil, pero implicaba varios obstáculos; el principal era el idioma, no hablaba español. Lo otro, era adaptarse a una zona del país totalmente diferente a dónde él nació y creció. Más de una vez, su familia pensó en que los peligros de las grandes ciudades, podrían ser un riesgo y truncar los sueños de Ricky.
Pero hoy todos están felices. El jovén logró su meta y sigue hacia adelante. El médico mayagna, es ahora un valioso referente en la ciudad donde nació y a donde espera volver para servirle a su comunidad.
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Toggle“Somos jóvenes, tenemos un poder”
Por la distancia de zonas más desarrolladas y las condiciones económicas de las comunidades caribeñas, muchos jóvenes del caribe han tenido que emigrar en busca de oportunidades en otro país. Otros se han quedado, pero han tenido que abandonar sus estudios para apoyar a sus padres en la búsqueda del sustento diario.
Pineda Talavera llamó a no desanimarse. “Tengan confianza en sí mismos, porque nosotros los jóvenes tenemos un poder, y ese poder, junto a nuestra fe, podemos alcanzar muchas cosas”, dijo para este reporte. El médico mayagna recomendó a los jóvenes indígenas a pensar cuánto pueden ayudar a su comunidad para salir adelante.
“Que los jóvenes no olviden que sus comunidades los necesitan, yo digo que si los jóvenes costeños salen de las comunidades a estudiar en una ciudad donde haya oportunidades, en Managua o donde sea, que vuelvan a servir a las comunidades, porque necesitan de nosotros”, enfatiza el médico.
El joven mayagna relata que él buscó estudiar, prepararse profesionalmente para regresar a contribuir a su comunidad, donde la pobreza, limitaciones y falta de educación imperan en todas las familias. Además, enfrentan la violencia que siembran en la zona los colonos invasores de las tierras comunitarias.
Camino difícil, pero es posible lograrlo
Al salir de la comunidad, Ricky Leopoldo, cuenta que fue venciendo los obstáculos del camino uno a uno. “No fue fácil, cada semana aumentaban”, relató. Debía encontrar un lugar para instalarse, cubrir su alimentación, el pago del transporte y cumplir con sus estudios.
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“Uno encuentro amigos”, dijo el joven médico. Contó que él conoció a un joven de su edad a quien todavía llama “amigo Jorge” que le ayudó a buscar trabajo de medio tiempo y que le enseñó español, mientras él, compartía su dialecto mayagna. “Fue uno de los que coincidió conmigo que ser médico ayudaría mucho a mi comunidad, yo al comienzo pensaba en al menos ser enfermero, hasta sacerdote, pero coincidimos también que podría ser médico”, recuerda.
Difícil comienzo
Al salir de la secundaria, Pineda Talavera se matriculó en la Universidad Autónoma de Managua, UNAN-Managua, sin embargo, un temporal de lluvia no dejó que el joven saliera de su comunidad y llegara a tiempo para realizar el examen de admisión en la capital, por lo que perdió esa oportunidad.
Así que después de hablar con familiares y amigos, viajó a Estelí donde inició con su carrera de medicina.
“Claro tenía miedo no rendir en las clases, no ser bien recibido por mis compañeros por mis orígenes, pensaba en los trabajos de grupo, en las dificultades para contar con los equipos y herramientas necesarias para el estudio de esta carrera, todo eso me ponía en el limbo. Pero aprendí a ir despacio, sin rendirme”, contó.
En confianza dijo en esta entrevista que pensaba en la posibilidad de no estar a la altura de una universidad, ya que su primeros pasos fueron en las escuelas de su comunidad, donde la calidad educativa es inferior. Pero el joven mayagna, no se dio por vencido, alquiló un cuarto, buscó trabajo y emprendió sus estudios.
Y después de seis que sintió “eternos”, Pineda Talavera obtuvo su título de Médico General, recompensando todos los esfuerzos que realizó él y su familia. El joven mayagna ahora anhela regresar a su comunidad convertido en un médico con especialidad, por lo que todavía permanecerá en Estelí para estudiarla. “Estoy seguro que eso servirá mucho más a nuestra gente”, señaló.