Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Hombres, mujeres, adolescentes y hasta personas de la tercera edad. De los suicidios no se escapa nadie, sino que lo digan las estadísticas del Minsa, que ubican al departamento de Rivas como uno de los que tiene la mayor tasa de incidencia a nivel nacional, solamente superada por Estelí.
El Mapa de Salud, que anualmente publica el Ministerio de Salud, destaca que en Rivas el año pasado se suicidaron 22 personas, la mayoría de ellas registradas en la cabecera departamental, aunque también se dieron casos en Altagracia, San Juan del Sur y San Jorge.
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5 personas se suicidaron en Altagracia, 3 en San Juan del Sur y 2 en San Jorge. Esos datos son relevantes sin tomamos en cuenta que desde hace tres años, los suicidios no se colaban en la lista de las principales causas de defunción en este departamento.
La tasa de suicidios se calcula tomando en cuenta 1 caso por cada 10 mil habitantes en Nicaragua.
Sin embargo, sorprende las cifras del municipio de Altagracia en la isla de Ometepe, que con una población de más de 20 mil habitantes, tiene la tasa más alta del departamento, contrario al municipio de Buenos Aires, donde no se reportan casos de suicidios desde hace unos cuatro años.
Marta Bonilla, psicóloga de la Casa de la Mujer de Rivas y una de las personas que ha atendido a varias personas con problemas de intentos de suicidios reconoce que estamos ante un problema de salud pública, y que el Estado debe de prestar interés y disponer de personal, de diseñar políticas públicas y de asignar presupuesto para la prevención de este problema social.
“Necesitamos hablar del suicidio y no taparlo, no esconderlo. Es necesario hablar de todo lo que estamos viviendo, pues muchas veces esas personas que han pasado un duelo no gestionan bien sus emociones, y ahí vienen después los problemas”, explica la psicóloga
Dice que los nicaragüenses viven en un duelo constante producto de las migraciones, de los problemas económicos y hasta por la muertes por Covid que no han podido superarse, y que en ese sentido, es importante la participación del Estado para resolver este problema.
Reconoce además que el suicidio no solo afecta al que ha tomado la decisión de quitarse la vida, sino también a sus familiares y a toda la comunidad, pues la gente no está preparada para este tipo de muertes, que cada vez ocurren con más frecuencia y que no sabemos cómo gestionarlas.
Cabe señalar que el Minsa de Rivas tiene solamente un centro de asistencia psicosocial ubicado en el municipio de San Jorge. Ahí atienden dos psicólogas, un neurólogo que llega al centro una vez al mes, y un médico general.