El Consejo de Ministros de Centroamérica suspende la elección de Secretario General del SICA, tras presión de la oposición nicaragüense.
Este viernes 29 de noviembre, el Consejo de Ministros de Centroamérica suspendió la sesión programada para elegir al nuevo Secretario General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). La decisión se produce en medio de crecientes preocupaciones sobre el posible nombramiento de Denis Moncada, ex canciller del régimen nicaragüense, para el cargo, una situación que ha generado un fuerte rechazo tanto en la región como en sectores de la oposición de Nicaragua.
El Espacio de Diálogo y Confluencia entre Actores Nicaragüenses había hecho un segundo llamado de «urgencia» y una «demanda» tanto al Consejo de Ministros como a la Reunión de Presidentes del SICA, ante el riesgo inminente de que Moncada fuera designado como Secretario General. La presión se intensificó luego de que, el 28 de noviembre, el organismo opositor advirtiera sobre el peligro de que el régimen nicaragüense lograra imponer a su candidato, acusando que el proceso de selección estaba siendo manipulado en favor de los intereses de la dictadura.
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ToggleLa lucha por la Secretaría General
La disputa por el cargo de Secretario General del SICA comenzó el 15 de noviembre de 2023, cuando Werner Vargas renunció de forma sorpresiva al puesto. Desde entonces, la administración de Daniel Ortega ha estado buscando conseguir el control de este importante organismo regional, a pesar de las críticas internas y externas sobre la falta de legitimidad de los candidatos propuestos.
Entre los candidatos respaldados por el régimen, destacan figuras como Valdrack Jaentschke, actual canciller de Nicaragua, quien había sido rechazado previamente por su estrecha vinculación con la política interna del gobierno. Otras propuestas, como la de Arling Patricia Alonso Gómez, diputada del Frente Sandinista, y Johana Vanessa Flores Jiménez, exministra del Ministerio de la Familia, también fueron rechazadas por sectores opositores, quienes argumentan que estas figuras están sancionadas por Estados Unidos y que su nombramiento representaría un grave riesgo para la imagen del SICA en el ámbito internacional.
En una carta fechada el 28 de noviembre, el Espacio de Diálogo y Confluencia entre Actores Nicaragüenses exhortó a los presidentes de los países centroamericanos a que la elección no se base en «amistades e intereses particulares», sino en los principios fundamentales del SICA, tales como la democracia, la paz, la libertad y el desarrollo.
El futuro del SICA y la transición de la presidencia
El futuro del SICA se encuentra en un momento crucial, ya que en menos de un mes, Costa Rica asumirá la Presidencia Pro Tempore del organismo, lo que dejaría a Nicaragua fuera del proceso de designación del Secretario General. La presidencia de este cargo rotativo, que corresponde a Nicaragua desde 2022 hasta 2026, está en juego. Sin embargo, la oposición sostiene que, dadas las circunstancias políticas actuales, lo más ético sería mantener vacante el puesto hasta el final del periodo previsto, en lugar de ceder a la presión del régimen nicaragüense y comprometer la legitimidad de un organismo regional clave.
El SICA, a pesar de la falta de un Secretario General en funciones, continúa con sus actividades gracias a la autonomía de sus secretarías sectoriales, lo que, según los opositores, demuestra que el organismo no está en crisis y puede seguir trabajando de manera efectiva sin la necesidad de nombrar a una persona que represente únicamente los intereses de los dictadores nicaragüenses.
Controversia política
La situación se complica aún más debido a las recientes declaraciones de Rosario Murillo, vicepresidenta de Nicaragua, quien calificó al SICA de «fraudulento» y «usurpador», acusando al organismo de operar sin legitimidad y de tratar de imponer una agenda ajena a los intereses del país. La tensión entre el régimen de Ortega y las instituciones internacionales sigue creciendo, en un contexto de fuerte polarización política y social en Nicaragua.
La decisión de suspender la sesión del Consejo de Ministros este viernes es solo un capítulo más en la disputa por el control del SICA, un organismo de trascendental importancia para la integración regional, y cuyo futuro parece incierto mientras persista la crisis política interna en Nicaragua.