En lugar de crear una nueva categoría penal, se debería ampliar el concepto de femicidio para incluir los crímenes cometidos contra mujeres trans, manifiesta la experta María Teresa Blandón.
El transfeminicidio es una forma específica de violencia de género que se dirige contra las mujeres trans, caracterizada por asesinatos brutales y motivados por odio hacia la identidad de género de las víctimas. En Nicaragua, los transfeminicidios reflejan una alarmante combinación de violencia extrema y falta de reconocimiento legal y social.
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ToggleAumento de transfeminicidios en Nicaragua
En el reporte del primer trimestre del año 2024 del Observatorio de Violaciones a Derechos Humanos de personas LGBTIQ+ en Nicaragua, se logró constatar que las mujeres trans han sido víctimas de formas graves y letales de violencia, lo que aparece como una tendencia durante los últimos años, en donde los transfeminicidios han ido en aumento.
La acción policial continúa siendo ineficiente, tardía, y en algunos casos inexistente, lo que, sin duda, contribuye al clima de impunidad que prevalece en el país.
Para entender mejor la magnitud y la especificidad de este problema, hemos contactado a María Teresa Blandón, experta en derechos humanos y activista feminista, para conocer cómo el transfeminismo deber ser abordado dentro del marco legal y social.
Ampliar el concepto de femicidio que reconozca los crímenes contra las mujeres trans
Blandón considera que, en lugar de crear una nueva categoría penal, “se debería ampliar el concepto de femicidio” para incluir los crímenes cometidos contra mujeres trans. Es decir, Blandón destaca la importancia de “reconocer y tipificar el transfeminicidio dentro del marco del femicidio”, un delito que se ha establecido en varios países para describir asesinatos de mujeres en función de género.
La feminista, explica que el femicidio y, por extensión, el transfeminicidio son crímenes en lo que “el perpetrador, suele ser un hombre que pueden ser desconocidos o gente que está en el entorno familiar.”
En algunos casos, como en el asesinato de defensoras de derechos humanos, el crimen puede ser perpetrado por redes criminales o empresas para silenciar y coaccionar a las mujeres, tal es el caso de Berta Cáceres en Honduras.
“La intención de esos asesinatos es acallar las voces de las mujeres que cuestionan” dice, añadiendo que la violencia también puede ser facilitada por la inacción del Estado, que no reconoce ni corrige “las desigualdades de género que aumenta la vulnerabilidad de las mujeres.”
La experta apunta que el transfeminicidio, como parte del femicidio, está impulsado por una combinación de odio y discriminación hacia la identidad de género de la víctima. Esto se debe en parte a la falta de compresión de la identidad de género, la estigmatización y rechazo que enfrentan las mujeres trans.
Blandón cita el caso de cinco mujeres trans asesinadas brutalmente en Nicaragua en los últimos tres años “cinco mujeres trans han sido asesinadas brutalmente y además lo han hecho con saña.” Estos delitos son evidencia de la extrema violencia que enfrentan las mujeres trans. Estas muertes no solo reflejan la violencia física, sino también el sufrimiento emocional extremo causado por el odio y la intolerancia hacia las personas trans.
Casos de Transfeminicidios en Nicaragua 2024
En el primer trimestre del año el observatorio dirigido por La Corriente Feminista registró tres crímenes de odio dos de ellos trans femicidios, estos son de las mujeres trans Josuhara Brown Dixon y Teresa.
Josuhara Brown Dixon, una mujer trans, quien fue encontrada sin vida en el río Sábalos, en el distrito VI de Managua, con evidentes signos de violencia. Sin embargo, el Instituto de Medicina Legal concluyó que murió por sumersión. Hasta la fecha, el policía Nacional no ha brindado ninguna versión oficial sobre su muerte, señala el registro del observatorio.
Teresa, una mujer trans de 31 años, fue encontrada muerta en un predio baldía en la comarca Villa Nueva, Ciudad Sandino, el 25 de febrero. Trabajaba como animadora de La Gigantona. aunque inicialmente se presumió un suicidio, su familia declaró haber recibido amenazas de muerte y exigió una investigación, argumentando que la forma en que fue encontrada hacía imposible el suicidio.
En Nicaragua, estos crímenes reflejan una profunda falta de reconocimiento y acción por parte del Estado y la sociedad. Es fundamental reconocer y abordar esta forma de violencia para proteger y garantizar los derechos de todas las mujeres, independientemente de su identidad de género.