La trata de personas es un delito de los cuales el Estado nicaragüense no habla ni da mayor relevancia, aunque las mayores víctimas son las niñas, niños, adolescentes y mujeres, mismos que son llevados bajo engaño la mayoría de veces a otros países para ser explotados sexualmente y las autoridades no realizan campañas ni aplican las leyes establecidas en el país para que estos casos no queden en la impunidad.
La trata de personas ha recibido creciente atención mundial durante los últimos años, el tráfico de mujeres y niñas para trabajo sexual forzado, y en menor grado para servidumbre doméstica, son el único foco de las actividades de sensibilización y asistencia, hoy existe un mayor reconocimiento de que se trafica con mujeres, niños y hombres para explotación sexual y laboral de diversas formas.
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Para Ana Quiroz directora del Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (CISAS), este es un problema que afecta a la sociedad en general y es responsabilidad de los Estados buscar alterativas para disminuir las cifras a nivel mundial de trata de personas “la situación aún más critica la viven las niñas, adolescentes y mujeres jóvenes que muchas veces son sacadas de su casa y su país engaño”.
Recientemente se conoció de varios casos de niñas nicaragüenses que fueron prácticamente secuestradas de sus casas en Nicaragua y que fueron encontradas aquí en Costa Rica en bares y lugares donde se ejerce el trabajo sexual sin ninguna protección y sin ningún tipo de vínculo con sus familias.
“Por un lado están siendo sujetas a explotación laboral a través de la trata de personas y por otro lado son forzadas al trabajo sexual sin que ellas tuvieran la posibilidad de escogerlo” explica Quiroz
Trata de personas un delito invisibilizado por los países
La trata relacionada con el trabajo ocurre en una amplia gama de sectores, como la agricultura, la pesca, la producción fabril, la minería, la construcción, el servicio doméstico y los servicios de limpieza y de hospitalidad, “las personas que son objeto de trata quizá sean también obligadas a trabajar como mendigos o soldados sin medir los daños psicológicos que causan a las víctimas” ,explica la especialista en psicología Marina Artola, quien también es experta en temas de violencia y género.
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Aunque se desconocen las cifras precisas a nivel mundial o aun de Nicaragua, es difícil obtener datos específicos sobre la trata debido a su naturaleza ilegal y a menudo invisible, a la variedad y la gravedad de las actividades de trata y a las variaciones en la forma de definir la trata la trata de personas, “ muchas veces este delito se ejecuta bajo la complicidad de las autoridades que se hacen de la vista gorda y las dejaron salir del país para vivir en esa situación de secuestro” lamenta Quiroz.
Existen otros factores que también hacen poco clara la distinción entre personas víctimas de trata, migrantes extremadamente vulnerables y trabajadores explotados, las personas pueden ser víctimas de trata dentro de su propio país o a través de fronteras internacionales.
“La trata abarca casi todas las partes del mundo como lugares de origen y captación, de tránsito o de destino y se piensa que este comercio ilegal de seres humanos genera abundantes ganancias para las personas que se dedican al tráfico.” Expresa la psicóloga.
Un elemento primordial que debe realizarse una labor educativa muy fuerte primero entre los usuarios y que las autoridades que tienen que ver con el ejercicio de trabajo y prevención de trata de personas y explotación sexual.
“También puedan ser implementados programas de atención a la niñez adolescentes y jóvenes para de esta manera evitar que sean engañados, para que no se conviertan en víctimas del secuestro, ni expuestas al trabajo sexual forzado” sugiere Ana Quiroz.
Si bien las mujeres, los hombres y los niños pueden ser víctimas de trata de personas con diversos fines, este tráfico es a menudo un delito relacionado con el género, los datos actuales indican con toda claridad que las personas objeto de trata para trabajo sexual forzado o para servicio doméstico son más probablemente mujeres, niñas y niños, por lo que, el llamado es a los diferentes Estados a ejecutar leyes que ayuden a erradicar este delito.