“Me gustaría regresar a Nicaragua, pero no podemos porque tenemos miedo”, relató de niña de 11 años
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Las graves y constantes violaciones a los derechos humanos del pueblo nicaragüense es otro de los fundamentos para deslegitimar las votaciones que realizó Daniel Ortega el pasado siete de noviembre, así lo expresan las organizaciones que conforman el mecanismo de coordinación de grupos de exiliados y la diáspora en Costa Rica, quienes este domingo sostuvieron un encuentro virtual para dejar en evidencia las anomalías que cometió la dictadura en ese proceso electoral.
El Ingeniero Luciano García y presidente de Hagamos Democracia, señalo que el foro “es un evento para visibilizar las violaciones a los derechos humanos, estas tienen repercusiones graves, serias en la sociedad nicaragüense”. Además, de mostrar la vulnerabilidad que pasan muchos de los grupos exiliados en Costa Rica.
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Para dejar evidencia de esas irregularidades reportadas en esas votaciones se presentó el informe del Observatorio de Derechos Humanos de la Asociación Nicaragüense por un Futuro Mejor cuya organización destaca que “la jornada electoral desarrolló una quinta etapa de represión y criminalización a aquellos quienes difieren y compiten contra el FSLN, tomando de evidencia las noches de miedo que se vivió días antes durante y después de las elecciones, donde se denunció la detención de más de 26 ciudadanos nicaragüenses”.
Jhoswel Martínez, de 20 años de edad, estudiante de la carrera de Derecho en una Universidad de Costa Rica, es director ejecutivo, Observación de Derechos Humanos de la Asociación Nicaragüenses por un Futuro Mejor, este señalo para iniciar su participación “las elecciones eran una farsa, Somoza controlaba el proceso político, el controlaba la economía él retenía mediante el uso de su guardia nacional, él lo controlaba todo. Uno sentía que era un crimen ser joven”, estas son palabras de Daniel Ortega Saavedra. Y reciente, “así nos sentimos en Nicaragua actualmente”
Martínez quien es defensor de derechos humanos manifestó “En Nicaragua hubo elecciones sin oposición disidente con más de 168 presas y presos políticos, un candidato postulado de manera inconstitucional y arbitrario sin poder garantizar justicia por las manos despostas del FSLN y sus sequitos, acusados de crímenes de lesa humanidad sin dudas estas votaciones “no pueden ser efectivas ni justas.» También explico que el acallamiento de organizaciones, medios de comunicación, periodistas y sociedad civil, limitando la libertad de expresión por medio de las leyes mordaza en específico la Ley de Ciber delito.
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Con este combo de leyes “se violenta sin duda el articulo 182 de la Constitución Política de Nicaragua que estable lo siguiente “la CP es la carta fundamental, las demás leyes están subordinadas a ella… No tendrán valor alguno leyes, tratados, decretos que se le opongan o alteren algo.”
La policía ha sido el brazo represor del gobierno, que actúa contra los ciudadanos y son objeto de represión por su oposición al partido de gobierno, añade Martínez.
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“Se registraron más de 125 violaciones a Derechos Humanos durante todo el proceso electoral, mismas que las víctimas fueron en su totalidad opositores, tomando en cuenta también el encarcelamiento de líderes políticos y activistas sociales previo a la jornada electoral, más otras denuncias recibidas por nuestro observatorio como el impedimento de la salida del país a activistas, líderes sociales y disidentes, tras la confiscación arbitraria de sus pasaportes”, expresó Jhoswel Antonio Martínez, director ejecutivo del Observatorio de Derechos Humanos de la Asociación Nicaragüense por un Futuro Mejor.
Testimonios de víctimas de la represión
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En el foro se presentaron algunos testimonios de exiliados, entre ellos excarcelados políticos, activistas de derechos humanos y universitarios, pero también se presentó el relato de una menor de 11 años que vivió en carne propia el dolor de separarse de su madre producto del exilio.
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El profesor Gabriel Putoy, originario de Monimbo y exiliado en Costa Rica cuenta: » Fui secuestrado el 15 de septiembre de 2018 en una casa al norte de la ciudad de Masaya, me torturarón , me golpearón”, luego dice que lo llevaron a un lugar desconocido, desnudo en un Yaris blanco, rumbo a tipitapa, lo encapucharon, fue torturado. Fue llevado a la celda preventivas del Chipote viejo, recuerda.
“Yo fui uno de los presos políticos capturado en dos ocasiones y en esos secuestros me torturaron en las celdas preventivas del Chipote viejo, ahí me golpearon mis costillas y me decían que dijera la verdad, me preguntaban qué habían hecho los sacerdotes salesianos allá en Masaya, luego fui llevado a La Modelo y ahí me abrieron dos causas una por Nindirí y una por Masaya,”
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Por esta causa fue condenado a un total de 87 años de cárcel, fui excarcelado en junio del 2019, pero el acoso asedio y la vigilancia no ceso. Reclamo sus bienes confiscados y su liquidación como maestro activo, pero sus demandas fueron negadas.
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Durante el encarcelamiento, lo más doloroso que viví “fue que cuando asesinaron a Eddy montes el 16 de mayo de 2019, me torturaron me echaron gas lacrimógeno en mis partes, en mi pene y en mi ano y en mi boca y me puyaron mi pierna derecha”, relató el profesor Gabriel Putoy, excarcelado político de la dictadura.
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La niña de 11 años relató “Mi mamá se tuvo que ir del país, ya que la policía la estaba buscando, llegaban drones a nuestra casa, también llegaba la policía, por eso mi tío nos tuvo que ir a dejar a mí y a mi hermana a la casa de mi otra familia, luego de varios meses volví a ver a mi mamá y vinimos a Costa Rica”. Me gustaría regresar a Nicaragua, pero no podemos porque tenemos miedo, desearía si poder volver y vivir en paz, añora la niña.
Otro de los testimonios presentado fue el de doña Susana López madre de Gerald López, el joven asesinado el 14 de julio del 2018 en la Iglesia de La Divina Misericordia durante el plan limpieza que la dictadura a través de sus brazos opresores realizó en la Unan Managua. “A 41 meses de su asesinato el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo no se han hecho responsable de los crímenes de lesa humanidad que perpetuo en contra de los universitarios después del 18 de abril, esta fecha nos ha marcado porque nos ha dejado dolor y luto”.
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Con amor hemos colectivizado nuestro luto mostrándole a las personas los rostros de nuestros hijos que fueron asesinados durante la represión de los Ortega Murillo, dice López.
Asegura la madre de Gerald López “desde el exilio como madres vamos a seguir exigiendo justicia para que estos crímenes de lesa humanidad no queden en la impunidad, crímenes perpetuados hacia nuestros hijos y familiares, exigimos justicia y libertad para los presos políticos”.
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Doña Susana vive ahora en un exilio forzado, dice que “es duro, porque, aunque hayan salidos de Nicaragua, Nicaragua sigue dentro de nosotros por ese seguimos pidiendo justicia.”
Todas estas vivencias han tenido serias repercusiones en la vida de los exiliados señala la psicoterapeuta Ruth Quiroz del colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
“Las consecuencias son inmensas, son años de estragos, son años de proyectar violencia y se ha vivido un trauma colectivo porque no han tenido un proceso de sanidad, la sociedad nicaragüense es una sociedad golpeada por la violencia y entonces esto provoca afectación emocional, afectación a nivel conductual y lo podemos ver en nuestras consultas porque llegan en un estado de ansiedad y depresión, por tal razón requieren atención inmediata para que no se vuelva una patología”, dijo la doctora Quíroz.
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Lo esencial en este proceso es el acompañamiento que se pueda brindar a estar personas para salir adelante, después de vivir momentos tan traumáticos. Unos de los duelos que tienen estas personas añadió la Psicoterapéutica es “la separación familiar, las personas que atiene están en condición de refugiados, han tenido que huir para poder sobrevivir para salvaguardar la vida y la separación de sus familias quizás es el golpe más duro, son personas que tiene que dejar a tratas absolutamente todo lo que tenían en su vida”.
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Refugiarse en otro país, y empezar de nuevo es un duelo que se vive de una manera bastante fuerte, y si la persona no tiene los recursos suficientes para afrontar este proceso le tomara mucho más tiempo, para integrase de nuevo en la sociedad, finaliza diciendo la especialista.